Las Meninas
Esta pintura fue escogida por el detalle que tiene en las formas y siluetas
1656. Óleo sobre lienzo, 320,5 x 281,5 cm.
Es una de las obras de mayor tamaño de Velázquez y en la que puso un mayor empeño para crear una composición a la vez compleja y creíble, que transmitiera la sensación de vida y realidad, y al mismo tiempo encerrara una densa red de significados.
Modelo de Jakobson
Función emotiva: Velázquez quiso reivindicar la pintura como una actividad noble y no como un oficio mecánico basado en la mera imitación de la realidad.
Función conativa: La obra se titulaba «La familia de Felipe IV», pero el rey en principio no parece el protagonista.
Ahí tenemos a la infanta Margarita, el centro de atención del cuadro, flanqueada por dos meninas que la atienden: María Agustina Sarmiento, que le ofrece agua, e Isabel de Velasco. Una enana, Maribárbola, y Nicolasito Pertusato, el bufón que patea al mastín.
Función referencial: El pintor pintó a la Familia real detallando las actividades que realizaban y tratando de dar realismo a la pintura
Función metalingüística: Se trata de un retrato cuya protagonista, según las primeras descripciones que del cuadro han llegado, es la infanta Margarita con algunos miembros de su séquito. Pero no se trata de un retrato de grupo convencional, pues en él parece estar ocurriendo algo que solo queda sugerido por la dirección de las miradas de seis de los nueve personajes hacia fuera del cuadro, es decir, hacia el lugar donde se encuentra el espectador. La aparente levedad de la anécdota narrada, su propia indefinición, hace que tampoco pueda considerarse como una pintura de historia convencional.
Velázquez tiene la suficiente valentía de representarse a sí mismo ejerciendo su oficio paleta en mano, por lo que ya tenemos alguna pista de sobre lo que nos quiso decir al pintar este lienzo: probablemente tenga algo que ver con la pintura.
Y finalmente ahí están los reyes Felipe IV y Mariana de Austria, pero reflejados en un espejo. Los verdaderos protagonistas se encuentran fuera del cuadro.
Función poética: Las interpretaciones son múltiples, y traen de cabeza a historiadores desde hace siglos. De hecho ya existe un desorden psiquiátrico propio: el Síndrome de la Fatiga de Las Meninas (SFLM), que padecen algunos investigadores que se pasaron buscándole el sentido al cuadro.
Lo que está claro es que algunos de los personajes ahí retratados parecen mirar hacia afuera del cuadro, hacia nosotros. Algo llama su atención.
- Si los reyes no están en la sala pero se reflejan en el espejo, lo lógico es pensar que Velázquez está pintando su retrato. Los reyes posan para el artista y la imagen del cuadro aparece en el espejo, pero en realidad ellos están donde estamos nosotros.
- Otra opción es que Velázquez está trabajando en palacio cuando de pronto entran los monarcas. Algunos se percatan y levantan la mirada. Como los reyes están donde estamos nosotros como espectadores, se reflejan en el espejo del fondo.
- Hay quien afirma que Velázquez pinta en realidad a las propias meninas y en ese momento aparecen los reyes. Así que lo que en realidad aparece en el lienzo (del que solo vemos su bastidor por detrás) serían Las Meninas dentro de Las Meninas. Lo que pinta Velázquez es la pintura misma que nosotros estamos viendo. Puro arte conceptual en el siglo XVII.
Se ha llegado a especular que Velázquez, fue un viajero en el tiempo adelantado a las teorías cuánticas y la relatividad, y lo que está representando en su cuadro es a los mismos espectadores del cuadro. ¡Velázquez nos está pintando a nosotros! Ciertamente, cuando pasas delante de Las Meninas en el Prado, el artista nos mira claramente y el espectador se convierte de alguna manera en la cuarta dimensión de la pintura.
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